Reseña

Ubicar el arrebatamiento de la Iglesia en Apocalipsis ha sido, por siglos, objeto de múltiples interpretaciones entre los estudiosos de la profecía bíblica. Distintas escuelas escatológicas han ofrecido respuestas —algunas ampliamente aceptadas en determinados círculos— pero con matices y divergencias significativas en su comprensión.
El último libro de la Biblia, con su lenguaje simbólico, su riqueza de imágenes y sus múltiples alusiones tanto al Antiguo como al Nuevo Testamento, ha dado lugar a interpretaciones muy variadas. Esta complejidad lo convierte en un estudio apasionante, pero también desafiante.
Con este trasfondo en mente, la contribución singular de esta obra es orientar la lectura de la revelación profética a partir de dos tipologías enseñadas por el mismo Señor Jesús. Una surge de un hecho histórico que Él relacionó con los acontecimientos futuros de su manifestación, y la otra de una parábola en la que explicó a sus discípulos que su Reino no vendría de inmediato. Ambas son desarrolladas como principios de interpretación que, confirmados por el análisis exegético y respaldados en distintos pasajes de la Escritura, guían la lectura de la visión que recibió Juan.
El propósito de este trabajo no es descartar las contribuciones de otros enfoques, sino examinar la revelación apocalíptica en su desarrollo narrativo, permitiendo que la interpretación surja del propio texto bíblico. Con esta base, se buscará identificar el momento en que la Iglesia aparece ante el trono de Dios —no como un recurso alegórico ni como una omisión— sino como parte integral de la revelación.