Senda poética
El autor, con su estilo fluido y desprovisto de métrica, nos ofrece una experiencia poética que se aleja de las estructuras convencionales. Es un canto a la tierra desde la perspectiva de quien la ha cartografiado, explorado y amado. Cada palabra es un pincel que dibuja paisajes, un compás que guía por una senda escondida y una melodía que resuena en la memoria, recordándonos la belleza que yace en lo cotidiano y la magia que aguarda en los lugares que podríamos pasar por alto. En nuestra vertiginosa vida, marcada por la prisa y la tecnología, tendemos a pasar por alto la belleza intrínseca de la naturaleza y las cosas cotidianas. Este poemario, con su cautivadora narrativa, nos recuerda la importancia de detenernos, observar y apreciar la belleza que nos rodea, invitándonos a redescubrir la poesía que yace en lo simple.