Geopolítica de las caravanas centroamericanas
Este ensayo parte de la premisa de considerar al fenómeno migratorio entre Centroamérica, México y Estados Unidos como un sistema fuertemente entrelazado.
Deinimos al sistema como un conjunto de elementos relacionados entre sí que funcionan
como un todo. La idea consiste en describir algunos de sus cambios a través del tiempo, y resaltar el impacto de las caravanas centroamericanas de octubre 2018 en las políticas migratorias de los Estados involucrados. Una de las peculiaridades de este sistema
consiste en que puede presentarse como lujos migratorios de ida, pero también de retorno, y en no pocas ocasiones encontramos ambos lujos masivos actuando simultáneamente, tanto de migrantes documentados como indocumentados.
Desde su inicio, este sistema migratorio ha funcionado como una gran reserva de mano de obra en el desarrollo de Estados Unidos y, propiamente, como un sistema de contención de las potenciales poblaciones migrantes. Como tal, se integra con varios elementos: la fuerza de trabajo latinoamericana, el capital estadounidense atrayente,
la administración de los límites fronterizos, las políticas migratorias de contención de cada uno de los países involucrados, sus sistemas jurídicos referidos a la materia, y los múltiples elementos legales e ilegales que intervienen en los momentos del traslado de origen y recepción de los trabajadores en el país de destino. Entre esos elementos legales las ONG y las iglesias católicas y evangélicas vinieron a constituirse en instituciones cruciales desde la década de los ochenta del siglo pasado, así como más tarde cobraron fuerza los coyotes y cárteles del crimen organizado como activos ilegales.
Las caravanas de octubre de 2018 momentáneamente echaron abajo el sistema migratorio y mostraron su inoperancia, pero los cambios a los que se vieron obligados los Estados de la región empeoraron las condiciones al intentar paralizar a las poblaciones migrantes dentro de los límites de contención de sus fronteras o desviar los lujos hacia lo que la administración Trump instrumenta como tercer país seguro. Esta nueva situación no podrá sostenerse en el largo plazo y en realidad anuncia nuevas convulsiones no solo para Centroamérica sino para la región entera.
Este ensayo se elaboró a partir de una revisión de los diarios La Prensa y La Tribuna de Honduras. Igualmente se hizo un seguimiento de periódicos mexicanos y estadounidenses y se consultaron las primeras fuentes bibliográicas emergentes. Se entrevistaron migrantes de las caravanas, tanto en la ciudad de Hermosillo como en Tijuana, y se
consultaron las encuestas de la Universidad de Guadalajara, y las de los albergues del Centro Deportivo Benito Juárez y El Barretal, en Tijuana, levantadas por el Colegio de la Frontera Norte (Colef).
Se viajó por tierra desde Guatemala a Honduras, para observar el funcionamiento de las aduanas y los sistemas de inspección de los funcionarios de migración y cuerpos de seguridad centroamericanos, y se efectuaron entrevistas a colegas de la Universidad de
Guatemala, la Universidad de Honduras y Flacso-Honduras.
Esta observación de las caravanas corresponde a un análisis político que no deja de percibir las condiciones estructurales del desarrollo de la sociedad hondureña desde donde se desprendieron los migrantes en éxodo. En todo caso se trata de un análisis coyuntural inscrito en el debate y discusión, a efecto de poner en contexto lo que sucede actualmente en la parte central y norte del continente americano. En algunos tramos del texto se denomina a los centroamericanos transmigrantes, pues de acuerdo con la teoría del transnacionalismo son los migrantes que para llegar a su destino deben atravesar un segundo país cuando menos. Con estas advertencias, en las siguientes líneas se reconstruye el escenario político y aspectos centrales del tránsito de los migrantes que emprendieron la marcha desde San Pedro Sula, un 12 de octubre.