La Atmósfera del Reino
Esos gloriosos momentos que muchos hombres y mujeres viven en la presencia de Dios, también usted los puede experimentar con una mayor revelación. En su obra La Atmósfera del Reino, Alejandro Espinoza nos muestra que todos podemos acceder si lo hacemos con la misma pasión con la que entraba el salmista David.
Así como David y otros hombres de Dios lo vivieron, Alejandro Espinoza expone sus experiencias en la presencia con Dios a través de su nuevo libro, en el que describe cómo Dios estableció leyes naturales que se cumplen indefectiblemente. Dios estableció ciclos y temporadas, también estableció pactos con el hombre, que se cumplen cuando permanecemos dentro de su atmósfera.
“Así ha dicho Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra...”. Jeremías 33:25
David lo entendió y lo expresa en el Salmos 19:1: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.
Dios respeta las leyes que estableció para la naturaleza, como el ciclo del agua, que comienza con un vapor, luego se condensa, se convierte en una nube cargada de agua y luego cae una lluvia que riega la Tierra. El ciclo se repite, porque es una ley.
Así como sucede todo ese proceso para que se forme una tormenta, así como sucede un cambio atmosférico en lo natural, así mismo ocurre en lo espiritual cuando elevamos alabanzas y oraciones que llegan a la presencia de Dios y luego se convierten en respuestas y bendiciones torrenciales para nuestras vidas.
“Servid a Dios con alegría; Venid ante su presencia con regocijo”. Salmos100:2 “En tú presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre”. Salmos16:11b “Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías33:2,3.
En esta nueva obra, Alejandro Espinoza lanza una invitación a introducirnos de lleno en la Atmósfera de Dios, con pasión y anhelo. Entre usted también en la Atmósfera del Reino.