Canción breve
Como si se tratara de una pieza musical, las historias que componen Canción Breve, crean un entorno sonoro en el que predomina una exquisita armonía y una gran profundidad semántica. Cualidades estas que, no solo resaltan la calidad literaria de la obra, sino que también, denotan un compromiso ineludible por parte del autor con los lectores, con sus semejantes y, por supuesto, consigo mismo.
Las siete notas que integran la escala musical, se despliegan a lo largo del libro a modo de hilo conductor a través del cual se urden delicadas tramas; sutiles voces que narran acerca de la vida y de la muerte, la soledad y el silencio.
Kras Quintana observa con detenimiento la conducta humana y nos la muestra a través del modo en que actúan y se expresan los personajes de Do, todos animales dotados de voz propia.
Al llegar a Si, la más aguda de las notas paradójicamente nos sume en el más profundo y cruel de los silencios, el silencio impuesto. Ese silencio que corre como el veneno de una serpiente y se cuela en todos los intersticios, tal como el silencio amargo.