Humo y luces convulsas
lu cía, en sus poemas, está hecha de una búsqueda personal y emocional. No le debe a nadie una explicación y sin embargo se desborda ese sentir en los versos desde su periferia, la disidencia y un espacio geográfico. “Bendita Honduras, bendiga dios la pródiga tierra en que nací. Benditos mi padre y mi madre que cada día trabajan más y comemos menos... Bendita mi educación traída de Finlandia, bendito el estado laico que la iglesia permite.” En este poemario: Humo y luces convulsas. no sólo toca el espacio privado también abre ventanas para asomarnos desde el exterior “Me incomodan las voces que me impiden escuchar la tuya... me incomoda el hambre en los días malos... confundir tus besos con el humo”. También aparece la ciudad “Me incomoda cubrir mi rostro para poder hablar las lágrimas forzadas y esta ciudad”. Vemos en varios de sus poemas una Honduras que se desdobla en lo cotidiano y que le atraviesa al cuerpo. Los versos se convierten, junto con la voz lírica, en testimonio.