Café
Café se nos ofrece como una obra transformadora y catártica: nos plantea reordenar el mundo, en toda su inasible complejidad, en derredor de una idea sensual y concreta, que puede ser algo tan pequeño y a la vez tan vital como un grano de café. Convertir esta formulación -sin lugar a dudas caprichosa en lo aparente- en el sujeto toral de un poemario de formidable profundidad y madurez denota la amplia cultura literaria del joven poeta.